domingo, 28 de junio de 2015




 entre los libros estabas la ruta en la mañana de verano sale de la ciudad al atardecer entré a la librería las montañas lejos estaban todavía el sol también estaba esa mañana tenías un libro en la mano camino la ruta hago dedo distraído la gente también camina distraída entre las calles la llanura desierta estabas entre los estantes de libros usados allá atrás entre las montañas de color celeste claro estabas la ciudad también estaba lejos entre esa tarde y la mañana mirabas el libro me viste me sonreías era invierno afuera llegaba al cruce esa mañana nos conocíamos apenas si nos conocíamos y llegaba hasta vos cerca del cruce que va a las montañas tenías un libro en la mano me saludaste y charlamos hasta la noche hasta el cruce que va a las montañas y me sonreíste largamente en las montañas estabas todavía lejos estaban

viernes, 12 de junio de 2015

necrológicas o post-mortem

“soy como el fruto de un aborto”, S. Pablo. 1º Cor., 15, 8.
 “El lenguaje es un virus”, Bourroghs

son las nueve de la mañana, arriba 
del colectivo
las cenizas 
no me dejan ver la Usina de White
ni los cientos de
camiones cerealeros en 
la playa de El
Triángulo, a la orilla de
la 252. Me pregunto qué significa
esto?
ahí, en el colectivo, con algo de hambre,
voy a una escuela a cobrar 500 pesos por
una suplencia que no me lo paga la provincia sino
la cooperadora de la escuela 
una catástrofe de la
naturaleza 
nada más
No desayuné.
a veces voy a trabajar con algo de hambre, tomo 
unos mates y salgo
ahora es: 
un malentendido administrativo 
y nada más
un volcán chileno, el Calbulco, entró en
erupción 
hay miles de evacuados (aunque
tengo entendido: no hay víctimas fatales)
un falla burocrática 
nada más 
pero acá llegan las cenizas
en mi cabeza igual hay dando vueltas 
otra cosa: un video viral: unos tipos 
recorren una playa (no de estacionamiento de camiones)
y registran con el celular arriba del vehículo: cuerpos
hinchados que van se encontrando a orilla del 
mar: decenas de
africanos ahogados traídos por 
el mediterráneo

arriba del colectivo
trato de escribir acerca de
estas cosas.
pero lo que suena en mi cabeza
es el motor, los cambios de velo-
cidades, las personas entran, charlan pas-
an al lado mío me
incomoda que me vean escribir;
igual trato, los movimientos bruscos no dejan
concentrarme en este ejercicio físico
que hago con mis tendones y mis músculos
mis dedos tensos
sosteniendo un cilindro transparente de plástico
de unos veinte centímetro de largo
que tiene adentro otro cañito más finito que tiene
adentro un líquidito color azul
que sale por 
la bolilla casi microscópica que hay en el extremo del
cañito
pero cuya función es detener y suministrar al papel la can-
tidad necesaria de ese liquidito
apoyo la punta de ese cilindro en mi cuaderno y hago movimientos
minuciosos: pero
el colectivo arranca de nuevo 
lentamente rápido 
cruza los badenes
y mi letra: qué es mi letra sino jeroglíficos
puros 
Y qué puedo escribir además? 
Desde cuándo te ponés a escribir
un poema sobre lo que pasa en el mundo actual? 
sigo: vienen igual las palabras, 
pero son como cenizas
que no me dejan
ver lo que ellas mismas quieren mostrarme
el interior de un volcán que está a más de mil kilómetros 
entró en erupción y sus cenizas llegan
hasta mi, pero no sé todavía qué significa eso
las palabras son así 
y me siento un poco mal del estómago 
por el movimiento del colectivo 
y por ahí el hambre un poco tbn

las palabras se parecen también 
a cuerpos desparramados
que vienen a parar a esta orilla 
que es la parte más bien consciente 
me conmueven pero no me significan demasiado
las veo como en un sueño, como en un video de baja calidad 
son imágenes lejanas
ajenas extran jeras
pero me conmueven me conmueven

las palabras no naufragan,
naufragaron y llegan
sin fuerza a esta orilla
las palabras no son un vómito, yo no
me desahogo,
ellas aparecen ahí
justo ahí
recién ahí 
después de haber
naufragado solas en un mar 
desconocido 
y aparecen 
sobre la arena 
hinchadas 
el lenguaje siempre hace  lo mismo 
no tiene vida propia 
pero nos rompe 
suficiente 
mente bien las pelotas 
nos enferma nos mata nos ahoga:
debería enterrar estas cosas
etiquetarlas, nodarles demasiada
importancia 
poner un título (por ejemplo “necrológicas”; aunque 
también podría ser “post mortem", ese sí 
es un buen título pero
ya lo usaron por ahí a quién le importa esto) y
escribir
escribir no es crear 
no es crear presencias 
no es un acto de vida, como sugiere juarroz, 
como un hecho mágico que cura,
la escritura podría ser una cosa más modesta
pero no menos laboriosa también 
un ritual de decorados muertos
un exorcismo improvisado 
un duelo disponedor de cosas muertas que
:
y acá van estas cosas: arriba del 
colectivo no tengo ganas de luchar
contra la muerte ni la infección de los términos y termino
en este rito fúnebre de 
la escritura: 
dar a luz algo ya sin vida
pulsiones que se ahogaron dentro 
nuestro
y queda el absceso para drenar 
-ese es el lenguaje-
un aborto anunciado que ya nos disponemos a 
sacar 
un trámite clínico, 
ordenarlo a las nueve de la mañana
hacer una autopsia 
sacarle una foto 
como hacían los antiguos con sus familiares muer-
tos 
hoy son videos en las redes sociales 
mientras el mundo se desarma
frente a nosotros 
sin poder registrarlo bien del 
todo ni interpretarlo
con-
vencida-
mente
pero luchando
día a día 
cada mañana 
-500 pesos 
me vienen re bien-
hastiada
absurda
y alegremente
x
sobre
vivir