martes, 10 de marzo de 2015

ESCENA X (Ntra Sra de las nubes, de arístides vargas)


Bruna recuerda como murieron dos militantes en los años de
violencia.
Dos personajes, Alicia y Federico, se mueven mecánicamente; llevan
los rostros cubiertos.

ALICIA: Supongamos que ellos llegan y derriban las puertas...
FEDERICO: Supongamos que tenemos un minuto para huir.
ALICIA: Supongamos que la puerta está trabada y ganamos un minuto
para huir.
FEDERICO: Supongamos que estamos dormidos.
ALICIA: Supongamos que despertamos súbitamente y que tu logras huir y
ganas la calle, y yo miro tu imagen, cómo se aleja, y es lo último
que veo de este mundo...
FEDERICO: Supongamos que eres tú la que logras huir y ganas la calle y yo miro
tu imagen, cómo se aleja, y es lo último que veo de este mundo...
ALICIA: Supongamos que los dos logramos huir...
FEDERICO: Supongamos que logramos huir los dos y ellos quedan solos en
esta habitación, junto a nuestros libros llenos de buenas
intenciones...
ALICIA: Supongamos que ellos llenos de rabia queman nuestros libros y
nuestras buenas intenciones...
FEDERICO: Supongamos que ninguno de los dos escapa.
ALICIA: Supongamos que caemos abrazados porque nos amábamos tanto.
FEDERICO: Supongamos que abrazados nos derriban.
ALICIA: Supongamos que nos hacen desaparecer.
FEDERICO: Supongamos que completamente desaparecemos.
ALICIA: Supongamos que estábamos equivocados, porque creíamos que
éramos los únicos que no podíamos morir.
FEDERICO: Supongamos que todo fue una gran equivocación, porque
ciertamente podíamos morir como morimos.
ALICIA: Supongamos que comenzamos todo de nuevo.
FEDERICO: Supongamos que nos volvemos a equivocar.
ALICIA: Supongamos que no tenemos tiempo porque nos vuelven a
matar.
FEDERICO: Supongamos que otros equivocados recogen nuestras
equivocaciones y por equivocación, hacen un mundo mejor.
ALICIA: Supongamos... que no es así y que nos ahogamos en nuestras
equivocaciones.
FEDERICO: Supongamos... que desde la orilla nos miran con rabia y sin
indulgencia.
ALICIA: Supongamos que nos olvidan.
FEDERICO: Supongamos que no nos olvidan.